“Unidas en fervor de caridad como religiosas… amaos mutuamente y haced todo en caridad”

San Francisco de Paula

Las monjas mínimas siguiendo las huellas de la primitiva iglesia viven formando una familia espiritual unidas como hermanas en Cristo. La vida fraterna se favorece y expresa con la observancia de la vida común . Arraigada y fundada en la caridad debe ser una eficaz ayuda para conseguir el fin de la común vocación.

(Const. nº80)

Todas las monjas forman una comunidad unida en Cristo cuyo centro es la Eucaristía.

(Directorio nº95)

Favorece mucho la unión, la cooperación de todas en los quehaceres de comunidad.

(Directorio nº100)

“La oración y la contemplación de las cosas celestiales son el verdadero y más natural alimento para nuestra alma, sus únicas delicias y suprema felicidad”

San Francisco de Paula

La orden de las mínimas está consagrada íntegramente a LA VIDA CONTEMPLATIVA. Por su misma constitución se encuentra en las más favorables condiciones para cumplir el particular deber de todos los religiosos: la contemplación de las cosas divinas y la unión asidua con Dios. (Const. nº 42)

La misteriosa actividad de las monjas en el pueblo de Dios queda subrayada con aquella excelente vitalidad y testimonio de oración y vida en el espíritu que, sostenidas por la ascesis de penitencia cuaresmal, son destacada expresión de apostolado y hacen que “otras almas se santifiquen imitando su vida ejemplar”. (Const. nº 43)

Las monjas mínimas ofrecen a Dios un excelente sacrificio de alabanza que alcanza maravillosos frutos de santidad, y lo expresan: en la práctica de la

“pura y asidua oración”

"cuya fuerza, como afirma el santo fundador, es grande; "como fiel mensajero…, penetra donde la carne no puede llegar”.(Const. nº44)

“El estado religioso no es para todos, ni para la mayoría, ni para muchos, sino para los que Dios quiere que le sirvan en él”

San Francisco de Paula

Consideren las monjas Mínimas “la misericordia que Dios tuvo hacia ellas” al llamarlas a la vida contemplativa de clausura según la Regla propia, de espíritu y práctica cuaresmal….; mediante la profesión de los consejos evangélicos comunes a la vida religiosa del imperativo evangélico: "convertíos y haced frutos dignos de penitencia".

(Const.nº11)

Votos

las monjas mínimas se consagran a Dios de manera especial y tienden con corazón indiviso a la perfección de la caridad.

(Directorio nº100)

Castidad

…Las monjas Mínimas quedan consagradas a Él, que las amó primero. Mediante este voto, en cuanto signo del mundo futuro y fuente de una fecundidad más abundante, que lleva consigo la obligación de observar perfecta continencia en la virginidad perpetua, escogen a Cristo virgen para seguirle e imitarle, amándole como a Esposo con corazón indiviso.

(Const.nº15)

Pobreza

…Además de abrazar una vida esforzadamente sobria y desprendida de los valores terrenos, pobre de hecho y de espíritu, renuncia afectiva y efectivamente a la propiedad y libre uso de los bienes materiales. Queda así libre para aspirar a la bienaventuranza de los pobres de espíritu y poner toda su confianza en la providencia del Padre celestial.

(Const.nº20)

Obediencia

…Abrazado con espíritu de fe y amor para seguir más de cerca al Salvador en el cumplimiento de la voluntad del Padre, es la entrega de la propia voluntad como sacrificio a Dios.

(Const.nº24)

Vida Cuaresmal

El voto de vida cuaresmal, propio de la Orden Mínima, tiene como fin el realizar una más perfecta conversión evangélica con “frutos dignos de penitencia”.

(Const.nº28)

El espíritu de la vida cuaresmal consiste en una sincera, constante y total conversión de la mente, del corazón y de la vida a Dios;…, y aspira a una más intima unión con la expiación redentora de Cristo.

(Const.nº29)

Ayuno

Clausura

…es un signo de vida consagrada íntegramente a la contemplación; una efectiva protección de las influencias externas, a fin de poderse ocupar sólo en Dios en la soledad y en el silencio; una especial forma de separación del mundo ordenada a fortalecer la vida contemplativa y favorecer una mayor unión con Dios solo.

(Const.nº36)

Caridad

El fin general por el cual las monjas mínimas se reúnen para vivir con un solo corazón y una sola alma, es conseguir la caridad perfecta entregándose totalmente a Dios como a su amor supremo en el seguimiento de Jesucristo mediante la profesión de los votos solemnes de castidad, pobreza, obediencia y vida cuaresmal.

(Const.nº3)

Como una de las características de nuestro carisma:

caridad a Dios y a todos los hombres, expresada en la total consagración a Dios y vivida en la unión fraterna de la comunidad, como irradiación del lema Charitas

(Const.nº8)

 

 

(…)Como fundamento de la perfección cristiana y de la propia identidad de Mínimas en la Iglesia, está el especial cultivo de la virtud de la humildad en cada una de las monjas y de toda la comunidad. Es la base de todas las virtudes y constituye uno de los elementos que caracterizan el modo de vivir cuaresmal.

Por eso nuestro santo Padre y Fundador amonesta:"Tanta será vuestra perfección cuanta sea vuestra humildad".

(Const.nº6)

El fin específico de la Orden Mínima es la práctica constante de la “mayor penitencia” propiamente cuaresmal, como particular forma evangélica de ascesis que se extiende a toda una vida más austera en orden a conseguir una mayor perfección de la caridad. Por ella prolonga la Orden el tiempo litúrgico homónimo con la praxis ascética de la Iglesia primitiva y de los Padres del desierto, de los que el Santo Fundador fue considerado “seguidor y restaurador”, así como su Regla “antorcha para alumbrar a los penitentes”.

Esta forma de vida se expresa concretamente en el esfuerzo constante de la más sincera conversión a Dios, en el dominio de sí mismo y en una más íntima participación en la expiación de Cristo.

(Const.nº4)